sábado, 9 de agosto de 2008

Segunda Opción


De la eternidad cada noche se hacen las letras que sangran tu olvido, y en tu boca sabor a mar estrellándose la luna, por las noches sentada sobre la cama tu ausencia… lo único que se de ti. Y en mi cabeza la insistencia de la muerte recorriendo las distancias que separan nuestros labios. De mi cuerpo aletargado un revoltijo de carne y piedra. Me arrastro entre letras para esconderme de la noche… soy nada de nadie… sin razón, ni tiempo, mientras se me apaga el corazón, entre la piel desnuda, sin poder amanecer, un beso, un adiós… tal vez en otra vida te amare…


•N•ö•ç•†•µ•R•n•Ø•

Francisco Hernández Campos